Carta que nos compromete aun más:
Salimos con ansiedad, todos, grandes y chicos.
Un viaje corto para empezar a caminar, suelo arenoso, rocoso, pedregoso, más o menos un poco de todo. Cuando alcanzamos el lugar de los acantilados las cosas tomaron el rumbo que todos esperábamos.
Con las cuerdas dispuestas comenzó la acción, poco tiempo para descansar, los minutos exactos para tomar los alimentos y poner a disposición de todos el jugo en un día calmado pero muy seco.
Cada actividad, la escalada, el ascenso de cuerda fija, tirolesa y rapel tienen el sentido de riesgo, de aventura y toma de decisiones que encanta a los chicos. Nos deleitamos en sensaciones que la emotividad despierta en ellos y son las recompensas que nos dejan estas actividades. Dar algunos pilares a la ilusión, ponerle unos ladrillos a la confianza, todo eso es una salida, mucho más que vacío y excitación, y son los protagonistas quienes así nos lo hacen ver y sentir.
Agradecemos a las madres y a los padres que nos apoyan en este proyecto, estamos muy orgullosos de lo que son capaces de hacer estos CHICOS ESCALADORES.
Muchas gracias.
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