Perseguimos renovar el espíritu de desafío y exploración, que junto al sentido gregario ha llevado al ser humano hasta los confines de nuestro planeta, escenario de esta increíble aventura, la de un puñado de hombres enfrentando la adversidad y a los elementos de la naturaleza, transformando a su paso el mundo, para concretar la paradoja de esta aventura, la construcción de la civilización.
Hoy, la eficiente pero compleja red de nuestra sociedad nos provoca a revelarnos, anhelamos un retorno al sol, al viento, a la corriente de los ríos y al frío de las montañas, dejar atrás los muros y la seguridad de nuestro mundo previsible.
Claro está, que no estamos preparados para abandonar en forma definitiva la contención del mundo tecnificado, y aún así, impetuosamente nos adentramos en caminos que nuestros antepasados no hubiesen soñado hollar, hoy sabemos que, ni siquiera, nuestras mascotas y plantas domésticas, soportarían por mucho tiempo el contacto directo y permanente con los elementos de la naturaleza.
Pero circunstancialmente nos exponemos a las fuerzas de la naturaleza, desafiando la adversidad; por nuestra voluntad o cuando ésta desborda la contención del muro tecnológico que nos rodea y protege, es en esos casos que recurrimos al espíritu a veces adormecido, pero siempre latente que todos poseemos, el espíritu del explorador, que mora en nuestros sueños y en nuestra niñez.
Debemos estudiar y prever los efectos de este reencuentro: por nuestra seguridad y por la conservación del medio ambiente, ya que el soporte material de nuestra confortable existencia, lo tomamos de la tierra, explotando sus recursos y produciendo cantidades inmensas de residuos y daños de todo tipo.
Esperamos despertar inquietudes, acercarnos en forma consciente y respetuosa a la naturaleza, hacerlo dentro de una filosofía actual, realista y accesible, adaptada a los deportes de aventura en función de los requerimientos y expectativas de estos tiempos.
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